Los alebrijes de México tienen una historia tan colorida como el arte mismo. Todo comenzó en 1936 con el artista Pedro Linares. A los 30 años, Linares se enfermó gravemente y comenzó a tener alucinaciones.
En esas alucinaciones, veía animales extraños de colores brillantes y escuchaba repetidamente la palabra “alebrijes”. Cuando despertó, Linares comenzó a recrear estos misteriosos animales usando cartón, esculpiéndolos con partes de diferentes animales y pintándolos con colores vivos. No hay dos alebrijes iguales.
Estas obras de arte ganaron popularidad y eventualmente se convirtieron en un símbolo en la región de Oaxaca, donde muchos ahora se hacen de madera. Los alebrijes se pueden encontrar durante todo el año y especialmente en el Día de los Muertos, cuando se colocan en altares y se utilizan como decoraciones para esta celebración especial.